martes, 3 de julio de 2012

Amapola (Papaver rhoeas)


Planta herbácea, de porte bastante pequeño, pues no llega a levantar más de medio metro del suelo; su tallo, bastante recto y velludo, está constituido por numerosos pelos rectos. Su ciclo vital no se prolonga más allá de diez meses, iniciándose en el mes de septiembre, con las primeras lluvias, y creciendo a lo largo del invierno para florecer ya en primavera. Parece que es originaria del Extremo Oriente y que llegó a nuestro país como una contaminación de otros granos y semillas que procedían de aquellas tierras, asentándose con éxito en terrenos ricos en nitrógeno y campos abandonados. No requiere ningún cuidado especial.

La época de floración tiene lugar en primavera y verano. Las flores nacen de un capullo que hasta su maduración está como caído, mirando al suelo, posición que se regulariza al florecer, quedando totalmente erguido. Al llegar la floración se produce un baño rojo en las tierras donde crece, lo que proporciona un agradable y vistoso colorido, aunque bastante efímero, pues las flores sólo tienen un día de existencia, después del cual pierden los cuatro pétalos que poseen. El fruto es una cápsula, semejante a la de la papaver somníferum, que pertenece a su misma familia.

Curiosidades: Pariente de la adormidera (Papaver somniferum), de donde se extrae el opio, esta especie no posee morfina y se ha usado desde antiguo para calmar los accesos de tos y provocar el sueño, ya que posee propiedades sedantes. El nombre genérico papaver es el mismo con el que los romanos conocían a la adormidera y se cree que deriva del celta "papa", papilla, ya que las semillas se molían para añadir a la comida de los niños con el fin de que se adormecieran, mientras que el epíteto rhoeas proviene del vocablo griego "rhoia", granado, por el parecido con las flores del mismo.

Esta planta crece en el Territorio Aljarafe Norte

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